martes, 10 de enero de 2017

FENG SHUI


FENG SHUI

Los orígenes del Feng shui se remontan 
a las civilizaciones antiguas, Egipto, china, 
India, hay ejemplos milenarios de un 
proceso tan básico como utilizar estructuras 
artificiales para influir en las sensaciones 
de las personas, como círculos de piedra 
en Europa, los grandes templos aztecas 
de América central y las pirámides de Egipto.
Las piedras se utilizaban como antenas 
para captar y distribuir la energía de los 
cielos y la tierra, para recargar y vitalizar 
una zona.
Todos se diseñaron de forma que la radiación 
del sol al amanecer se dirigiera al centro, 
intensificando el efecto completo.
También empleaban su forma para centrar 
y combinar las energías naturales de la tierra 
con las procedentes del espacio y contenerlo 
todo en la cámaras centrales. Las aberturas 
se utilizaban para que la luz del sol penetrara 
en el corazón de la estructura.
Las civilizaciones antiguas eran muy conscientes 
de la importancia del sistema solar y eran 
capaces de calcular los solsticios de verano
e invierno, ademas de los equinoccios de 
primavera y otoño.
Las construcciones se diseñaban de forma 
que el sol concentraba toda su fuerza en ellas 
durante una de estas potentes fases.
El Feng shui se basa en la noción de que existe 
un campo energético emocional que circula 
por el interior y alrededor del cuerpo. La
energía se aprecia alrededor de las personas 
como el " aura", fluye por el interior a través 
de centros de actividad llamados "chakras" y
hacia el exterior por vías llamadas " Meridianos".
Esta carga sutil de energía electromagnética 
transporta los pensamientos,las ideas y las 
emociones a todas las células del organismo.
Se trata de un proceso bidireccional, de 
manera que lo que hacemos con el cuerpo 
también influye en la menta y el corazón, 
mientras la energía modificada vuelve a circular. 
el proceso de cargar y modificar cada célula 
vincula nuestro ser físico con el emocional.
Además nuestra energía superficial se mezcla 
con el ambiente que nos rodea de forma que 
se producen cambios sutiles en nuestro modo 
de pensar y sentir. A lo largo de un periodo 
de tiempo prolongado, esta mezcla de energías 
externas llega a afectar al organismo. 
Las influencias de los campos energéticos 
externos son muchas y variadas: Paisajes, 
ciudades, las personas con quien convivimos, 
viviendas, trabajo, el clima, la energía solar, 
la luna y la posición de los planetas.
Nuestra energía emocional interactua 
constantemente con la energía del hogar, 
como consecuencia de ello, algunos de 
nuestros sentimientos reflejan el lugar en 
que vivimos. Además la energía se distribuye 
por las estancias en que pasamos más tiempo 
y llenan el ambiente con algunas de nuestras 
emociones, es decir los pensamientos, 
sentimientos e ideas se mezclan de forma 
constante con el mundo que nos rodea y las
distintas energías que entran en nuestro campo 
energético siempre nos influyen, al tiempo 
que irradiamos energía que se distribuye por 
el espacio que ocupamos. De aquí que sea 
tan importante estar equilibrados, enérgicamente 
y mantener un espacio físico limpio de energías 
para evitar que estas al final acaben alterando 
nuestro campo vibracional y adquiramos dolencias 
o enfermedades que en la gran mayoría de los
casos son producto de un estancamiento de 
emociones, sentimientos e ideas no realizados 
y que se han vuelto toxicas.

10/1/16

4 comentarios:

  1. Bastante ilustrativo. Gracias.

    Saludos.

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    1. Muchas gracias a ti por estar presente en este rincon.
      besos

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  2. Ame este espacio, en cuanto entre en el. Namaste!!

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    1. Muchas gracias por tus bellas palabras, me alegro de que te gusten las cosas que hay en el.
      Besos

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