miércoles, 28 de septiembre de 2016

BIOMAGNETISMO MÉDICO



BIOMAGNETISMO MÉDICO

El Biomagnetismo Médico es una disciplina médica 
nueva que nos permite entender la enfermedad 
desde el punto de vista energético, y vibracional, 
ya no químico, ya no clínico, ya no biológico. 
Tenemos un pH que se acerca a lo neutro, sin 
embargo, hay fenómenos que alteran ese pH y 
conducen a los órganos hacia la acidez o hacia 
la alcalinidad. Una alteración que puede llegar 
a la enfermedad. Como en todo el universo, 
la dualidad también está presente en el cuerpo. 
En este caso, no es el campo magnético el que 
cura, sino la corrección del pH alterado a través 
del uso de imanes.Profundizando en la materia, 
podemos decir que el biomagnetismo médico, 
es el estudio de los fenómenos bioenergéticos 
que producen los microorganismos en el interior 
del ser humano. Para la recepción, desarrollo y 
reproducción de estos organismos han de 
producirse alteraciones fundamentales en el pH 
(potencial de Hidrógeno) de los órganos que 
los soportan. Estas modificaciones pueden 
medirse y clasificarse perfectamente.
El descubridor de este modelo médico y 
merecedor sin duda del reconocimiento que le 
corresponde por ello, define el Biomagnetismo 
Médico como un fenómeno que permite entender 
al paciente y concluir de una forma rápida, 
económica y fiable qué patologías o disfunciones 
se han instalado en su cuerpo y, sobre todo, como 
retirarlas del organismo dañado para restablecer 
la salud.
El Biomagnetismo Médico estudia, detecta, clasifica 
y corrige las alteraciones del pH en lo ser humano. 
El equilibrio bioenergético es universal, las 
repercusiones a nivel funcional, mental y hasta 
sofrológicas que se desarrollan por la presencia 
de microorganismos (bacterias, hongos, parásitos 
y virus) influyen en todo el organismo y pueden ser, 
a su vez, el resultado de las alteraciones 
bioenergéticas de otros órganos que ya han sido 
afectados o de las funciones de estos órganos. 
Durante años hemos abusado de medicamentos 
antimicrobianos. Hemos llegado a reprimir las 
manifestaciones que provocan pero no conseguimos 
erradicarlos, sino llevarlos a estados subclínicos 
que distorsionan la sintomatología y la signología.
Ahora sabemos que los campos magnéticos entre 
los 1.000 y los 50.000 Gauss no son tóxicos para 
el ser humano. Han aparecido especialidades, 
como la magnetoterapia, que utilizan imanes 
entre los 100 y los 400 Gauss en procedimientos 
de origen traumático asociados al dolor e inflamación, 
pero con escasos resultados. Se han utilizado 
también campos de 700 Gauss para placas 
imantadas en acupuntura. Todos estos medios 
ayudan, son medidas paliativas, pero sólo provocan 
mejoría en los procesos, no su desaparición.
Definimos el NEN (nivel energético normal) como 
el punto en el que debe establecerse cada órgano 
de forma independiente. Hay una resonancia 
biomagnética constante y equilibrada en los
límites de la salud y en las deviaciones que 
originan las enfermedades. La presencia de una 
condiciona la de su opuesto, su magnitud también 
es similar y las partículas elementales en el primero 
corresponden con la del segundo.
¿Dónde radica la genialidad del descubrimiento 
del Dr. Goiz? En la contrastación empírica de que 
el organismo responde de forma dual y en la 
constatación de que las leyes de la física atañen 
también al individuo: el electrón es al átomo lo que 
el ión es a la molécula y el núcleo proteína a la célula. 
Existen dos cargas biomagnéticas en resonancia, 
es decir, “un par biomagnético” que identifica cada 
patología de los seres vivos.
Gracias a este conocimiento ahora entendemos que 
las enfermedades virales y bacterianas están en 
estrecha relación, las primeras condicionan 
recíprocamente a las segundas de manera simultánea. 
Y lo hacen tanto en su génesis con en su presencia 
patógena y en sus consecuencias finales en procesos 
degenerativos que hasta hoy considerábamos 
irreversibles.
El par biomagnético nos traslada al origen del fenómeno 
y define el órgano que lo genera, su polaridad y el
 virus o bacteria que lo identifica, y también la 
interacción entre dos o más microorganismos.
Este reconocimiento, por sí sólo, merece el mayor de 
los respetos de las ciencias de la salud, puesto que 
nos permite llevar todos los recursos terapéuticos 
hasta la raíz de la causa, lo que les dará una 
precisión difícilmente igualable.
Pero además el par biomagnético cura las patologías, 
lo que confiere al biomagnetismo médico la mejor 
y más eficaz herramienta de diagnóstico y la técnica 
más válida para de resolver la patología. En sí mismo 
es un código que detecta y corrige las enfermedades 
y las disfunciones, y representa el mejor, más 
válido y definitivo “código patógeno”.
La curación se consigue devolviendo el equilibrio 
energético de la zona alterada al pH óptimo para 
la salud, cuya alteración se debe a la presencia 
de microorganismos patógenos que distorsionan 
el pH en el órgano que sustenta el fenómeno mórbido.
El par biomagnético, descubierto en 1988, no tiene 
nada que ver con el electromagnetismo y/o el 
magnetismo, ni con los resonadores magnéticos, 
ni con la magnetoterapia, ni con los tratamientos 
psicoterapéuticos, ni con el análisis bioenergético.
El biomagnetismo médico es la relación en resonancia 
energética y vibracional soportada por la distorsión 
fundamental del pH de dos puntos específicos que 
pueden variar en intensidad pero no en ubicación. 
Y que a su vez identifican la presencia de 
microorganismos patógenos –sean bacterias, hongos,
parásitos y/o virus- e incluso las disfunciones 
funcionales orgánicas y el impacto que se consigue 
por inducción de dos cargas magnéticas que ni 
aumentan ni disminuyen energéticamente al órgano, 
sino que lo neutralizan sin ocasionar daño o lesión 
alguna.
Podemos decir que el mismo microorganismo puede 
producir diferentes síntomas, y un mismo síntoma 
puede estar producido por diferentes microorganismos. 
El par biomagnético prescinde del síntoma y nos 
remite a su etiología por lo que puede asociarse 
a cualquier sistema médico.
Una revisión con biomagnetismo médico conlleva 
el análisis completo del paciente. La bioenergética 
médica nos permite un examen integral del mismo, 
que de acuerdo con el sistema binario o bipolar y 
la ubicación de las alteraciones del pH llega a 
descubrir la patología y su etiología, además de 
corregir de forma simultánea dichas alteraciones, 
equilibra el pH, es decir lo lleva a sus valores 
normales y naturales que condicionan la salud 
celular y orgánica, es decir, provocando la curación 
de la patología energéticamente.
El descubrimiento del Par Biomagnético proporciona 
una herramienta de trabajo que permite al médico 
conocer rápidamente la etiología de la enfermedad, 
microorganismos, alteraciones funcionales o 
glandulares, o presencia de reservorios activos 
de microorganismo patógenos que ha permitido 
entender enfermedades complejas, crónicas, 
degenerativas, sindromáticas y tumorales de
forma sencilla, gracias al concepto dual bioenergético 
que aparece incluso antes de los síntomas clínicos 
que al neutralizarlo o polarizarlo se recupera.
La fundamentación teórica del biomagnetismo médico 
o par biomagnético se sustenta en los siguientes 
cinco conceptos:
Magnetismo
pH
Resonancia Magnética
Entropía
Simbiosis

Estos conceptos nos llevan a la comprensión 
del funcionamiento del Par Biomagnético.

Magnetismo: Las características de un material 
magnético es la histéresis (permanencia) magnética 
y la polarización restante una vez suprimido 
el campo de polarización.
IwaoYasuda y EiichiFakuda demostraron en 1957 
la aparición de una neoformación ósea en la 
proximidad de un electrodo activo. También 
mostraron como un hueso sometido a comprensión 
aparece en el lado de la concavidad con una carga 
negativa y en la convexidad con una carga positiva.
El par biomagnético no necesita la presencia de 
campos pulsátiles, sino simples imanes no bobinados 
de una potencia superior a los 1000 Gauss, y además
 muestra cómo se obtienen mejores resultados con 
pares biomagnéticos concretos orientados a la 
reformación mediante la regeneración celular 
ósea entendida bajo el concepto del Par Biomagnético, 
y de nuevo muestra una respuesta simple y 
revolucionaria al amparo de la dualidad energética. 
Mi campo de trabajo actual es la regeneración 
de tejidos, no sólo óseos, sino de cualquier parte 
del organismo que requiera regeneración celular.
pH: La electrolisis es la descomposición de una 
sustancia (electrolito) por medio de una corriente 
eléctrica.
El cuerpo humano es una máquina eléctrica pulsante, 
que produce corriente por todos los órganos internos 
y se comunican por señales eléctricas. El material 
conductor en el cuerpo humano son los electrolitos, 
por lo tanto una variación de su composición genera 
una variación en el sentido del campo magnético 
produciendo una polarización (+) o (+) del órgano 
donde se presenta la anomalía.
Resonancia Magnética: Los fenómenos magnéticos
 tienen su origen en el movimiento de cargas eléctricas. 
Ampere dijo: “el magnetismo es una corriente eléctrica 
que se mueve en círculos”. En el imán la corriente 
ocurre en cada una de las moléculas que lo conforman.
Entropía: Es la cantidad de calor que un cuerpo pierde 
o gana respecto de su temperatura normal. Cuando 
un cuerpo libera mayor cantidad de energía calorífica 
significa que las moléculas están en movimiento 
a mayor velocidad, chocando unas con otras y a 
cada choque se produce (se libera) una cantidad 
de energía. Una entropía alta libera más calor que 
una entropía baja y para el par biomagnético esto 
representa una medida indicativa de la medida 
del desorden del sistema (del cuerpo humano).
Simbiosis: Es la asociación de microorganismos 
de diferentes especies que sacan provecho unos 
de otros. Para el biomagnetismo médico los virus 
patógenos hacen resonancia con bacterias no 
patógenas para su maduración y activación 
energética, pero cuando se trata de una bacteria 
patógena el virus pasa a convertirse en estructural 
o metabólico. Hay otras asociaciones de microorganismo 
patógenos que complican y distorsionan las 
manifestaciones clónicas en los pacientes dando lugar 
a falsos diagnósticos.
Conclusión

Los microorganismos conviven de forma armónica, 
aprovechando espacios y recursos para su metabolismo. 
El par biomagnético nos ubica en el lugar y el momento 
en que se establece el microorganismo, 
independientemente de sus manifestaciones 
clínicas, lo que nos permite estudiar la fisiopatología 
inicial de las enfermedades y la simbiosis de 
los elementos vivos patógenos y su interrelación 
dentro de los tejidos que lo soportan.

28/9/16