viernes, 18 de julio de 2014

LA AROMATERAPIA: CURAR POR ESENCIAS -1


LA AROMATERAPIA: CURAR POR ESENCIAS

El término "aromaterapia" se debe al químico francés Gattefosfé, 
que, a principios de del siglo XX, comenzó a divulgar las 
propiedades curativas de los aceites esenciales obtenidos de 
las plantas medicinales.
El empleo de las esencias, sin embargo, se remonta a tiempos
 mucho más lejanos. Los egipcios las utilizaban con fines cosméticos
 y para embalsamar a sus muertos; la civilización griega, en los baños 
y masajes aromáticos, y los árabes fueron grandes maestros en el arte 
de la perfumería, por citar algunos ejemplos.
Los aceites esenciales, o esencias, se elaboran en el citoplasma 
de ciertas células vegetales y se acumula en determinadas partes 
de las plantas, raíces, hojas, flores, según el tiempo atmosférico,
 la fase de desarrollo en que se hallen y hasta el momento del día, 
de ahí que su composición varíe con la época del año y la hora 
de la recolección.
En algunas especies se distribuyen uniformemente por todas sus 
células es el caso de los pétalos de la rosa- y por ello su extracción 
resulta en extremo laboriosa; en otras se almacenan en bolsas 
secretoras, como ocurre con la corteza de la naranja, el limón
 o la mandarina, de modo que al estrujar la corteza, la bolsa 
se rompe y sale el aceite.
Los frutos de las umbeliferas- anís, comino, angélica tienen unos 
tubitos microscópicos con células secretoras en su interior, y 
en las labiadas son unos pequeños "pelillos" los que segregan
la sustancia aromática.
La composición de cada aceite esencial es compleja: está 
constituido por variados ingredientes, aunque existe siempre 
uno mayoritario: alcohol, cetona, terpenos
También es variada la proporción entre ellos, que depende 
de las condiciones ambientales en que se desarrolla la planta,
 hasta el punto de que algunas especies poseen quimiotipos 
distintos en función del componente que predomine.
Así por ejemplo, del tomillo, o "thymus vulgaris" , se obtienen 
hasta seis tipos diferentes de aceite. La recolección y, 
sobre todo, el proceso de extracción de la esencia son otros
 factores que influyen poderosamente sobre el resultado final.
La cantidad de aceite esencial que se obtiene de una planta 
oscila entre el 0, 01 y el 10%, aunque la proporción puede ser mayor. 
Los pétalos de rosa, por ejemplo, contienen muy poca:
 son necesarios unos mil kilogramos para lograr tan sólo cuatrocientos 
o quinientos gramos. De cien kilogramos de eucalipto y lavanda 
se extraen unos tres kilogramos, y de cien de perejil o tomillo, 
unos doscientos gramos.
Generalmente, las esencias son líquidas, muy fluidas, solubles 
en parte en agua y del todo en alcohol y aceites y éter. 
Suelen ser también claras y transparentes, aunque hay 
excepciones: la de manzanilla es de color azulado; la de bergamota
, verde; la de limón, amarilla, y la de jazmín, muy oscura.
Los aceites esenciales se obtienen mediante diversos procedimientos, 
dependiendo de su localización en la planta. Su gran volatilidad 
obliga a conservarlos en recipientes herméticos, protegidos de
la luz y a una temperatura de quince o veinte grados centígrados
 y es, asimismo, la causa de su fácil y rápida penetración en la piel.
La técnica más empleada es la destilación al vapor. Las plantas se 
ponen en un recipiente con agua que se lleva a ebullición, con lo
cual se obtiene un vapor de agua con partículas de aceite en 
suspensión; esta solución pasa por un serpentín o alambique que 
es enfriado continuamente con agua, de forma que se recogen 
en recipientes distintos el aceite y el agua.
Esta agua se conoce como "hidrolato" y también se emplea 
con fines medicinales. El aceite obtenido posee las mismas
 propiedades que la planta.

Ilesin 18/7/14

sábado, 5 de julio de 2014

MAGNETOTERAPIA


MAGNETOTERAPIA

Muchas personas han comprobado que el magnetismo es una
forma segura y eficaz de aliviar el dolor y superar ciertos
transtornos rebeldes de la salud. Los deportistas saben desde
hace años que los imanes pueden contribuir a curar las lesiones
deportivas.
El concepto de magnetoterapia no es novedoso, la novedad
es la amplisima variedad de productos magnéticos que se
pueden comprar y utilizar en casa, para tratar toda una serie
de trastornos y conservar la buena salud. Más de treinta años
de investigación y cientos de informes científicos respaldan los
numerosos usos de la magnetoterapia, en trastornos que van
desde esguinces de tobillo hasta la diabetes, pasando por la
enfermedad del Parkinson. La mayoría de estas investigaciones
se han realizado en Rusia y Europa del Este y tal vez a causa
de la barrera idiomatica, muy pocos médicos occidentales han
reconocido su validez.Sin embargo en los últimos años también
se han efectuado estudios en Estados Unidos y en hospitales
chinos, que están participando en una investigación a gran
escala sobre el tratamiento electromagnético del cáncer, con
unos primeros resultados muy prometedores.
Del mismo modo, aún no es posible explicar cómo estimula
el magnetismo los procesos curativos.
Lo único que sabemos es que la Tierra y todo lo que hay en ella
tiene un campo magnético. Nuestros cuerpos, nuestros órganos
y cada una de nuestras células también tienen sus propios campos
magnéticos. Se ha demostrado que la aplicación de imanes en el
organismo afecta la permeabilidad celular, facilitando la entrada
en las células del oxigeno y los nutrientes, así como la eliminación
de las sustancias de desecho. Parece ser que el magnetismo
mejora la circulación sanguínea, lo cual a su vez alivia el dolor
y la inflamaciones, ademas ejerce un efecto beneficioso sobre
la salud en general. La magnetoterapia estimula además el
sistema inmunitario apara producir células defensoras particular-
mente potentes.
En la terapia se emplean dos tipos de energía magnética: campos
electromagnéticos pulsatiles (CEP) e imanes estáticos, que
proporcionan un magnetismo congelado. Los campos pulsatiles
son los más poderosos y son emitidos por los dispositivos
electrónicos que utilizan los fisioterapeutas y otros profesionales
del área de la traumatología para favorecer la reducción de las
fracturas óseas y acelerar la curación de las lesiones.
Los imanes utilizados en los dispositivos de autoayuda son imanes
estáticos o de tierra, que emiten CEP muy débiles y se pueden
utilizar en casa sin el menor riesgo, para el tratamiento o la
prevención de ciertos trastornos.

Ilesin 5/7/14